¿Cuántas veces habremos matado al email marketing y cuántas otras lo habremos resucitado? Después de las «tropelías»cometidas en los primeros dos miles, que fueron eficazmente reducidas gracias a la acción de la APD y de las restricciones anti spam de los diversos IPS, los e-mailers que han sobrevivido se han profesionalizado mejorando el ecosistema en términos de calidad y buenas prácticas.

El email marketing directo sigue siendo uno de los canales con mayor conversión y mejor ROI en muchos verticales; sobre todo en aquellos más ávidos de leads. Las acciones PPC, el display negociado o la compra programática pueden disparar costes fácilmente (seguros, productos financieros …) por el alto nivel de competencia o ausencia de marca.

Interesantes datos los que arroja el estudio 2017 email marketing Benchmark Report de Sign-Up-To, que muestra por ejemplo una estabilización de las aperturas de emails vía móvil en un 50% por tercer año consecutivo con escasa variación. Así como un ligerísimo aumento de la tasa media de clic to open (teniendo en cuenta todos los sectores).

Pero no sólo tenemos ante nosotros un canal aún muy estable, sino un canal creciente en sinergias con el aumento de tecnologías de email retargeting o marketing automation que toda buena estrategia debería integrar.

El email retargeting permite asociar un correo electrónico (albergado en la base de un tercero) con una cookie en nuestra página. Gracias a esto, podemos reimpactar inteligentemente con los productos en los que se ha interesado un nuevo usuario, a la par que lo incorporamos en nuestra BBDD con una buena estrategia de oferta a cambio de su correo electrónico.

Es importante asegurarnos de haber elegido un partner de email retargeting con una base de datos de gran volumen para hacer la acción efectiva, y hacer comprobaciones de concordancia email vs. visitantes, insertando su píxel antes de iniciar la acción. Así podremos tener una estimación antes de comenzar.

También se crea una sinergia clara entre el email mkt y el marketing automation para la captación de perfiles B2B y su incorporación en flujos de emails automáticos. Ésta hace que merezca la pena la alta inversión en el impacto de esos perfiles, a los que en ocasiones sólo podremos llegar con efectividad a través del email. Con una estrategia bien perfilada podremos amortizar mucho mejor esos envíos de costes altísimos, que serían mucho más difíciles de asumir sin una buena planificación apoyada por un display retargeting efectivo.

En definitiva, deberíamos dejar de ver el emailing sólo como una propuesta de perfomance puro o simple lead generation, y comenzar a aplicarlo en estrategias combinadas que nos abran puertas a nuevos perfiles.

¿Vamos a seguir cerrando puertas a un canal en vez de abrirlas?