¿Quién visita? ¿Cuántos entran? ¿Desde dónde? ¿Compran? Cuando un cliente quiere saber respuestas a éstas preguntas hay que tener “detectives” en las páginas web que recauden la información. Un buen socio en ese sentido es Google y su Google Tag Manager (GTM), con sus etiquetas somos capaces de recoger toda esa información y mucho más. Pero, ¿cómo sabemos si está funcionando?
Extensiones de Google
Con la extensión de Tag Assistant, con un simple icono podemos saber si las etiquetas de esta página están trabajando y si funcionan como deberían, no sólo eso sino que nos da información de dónde puede estar el fallo, simplificando mucho la tarea en caso que algo ande mal. También desde la misma extensión se pueden ver los ajustes de la etiqueta para saber cuál es y qué está recogiendo cada una.
Estado de las etiquetas
Con un simple sistema de colores nos da información del estado de las etiquetas que se encuentran en esa página, vengan de GTM, Google Analytics o de otro programa de medición o analítica.
- Verde: La etiqueta funciona correctamente. Puedes comprobar que está recogiendo todos los datos de forma correcta.
- Azul: La etiqueta funciona pero hay sugerencias (por ejemplo si se encuentra código fuera del cuerpo) que pueden terminar de precisar lo que queremos medir.
- Amarillo: El código tiene algún fallo y parte del tráfico no se sigue correctamente, aunque no debería afectar de forma significativa a los resultados, habría que revisarlo ya que hay parte que se está perdiendo.
- Rojo: Un fallo no permite que se lea la información de la mayoría del tráfico. La etiqueta no está funcionando correctamente.
Gracias a este simple icono, nos ahorramos horas al día sólo en comprobación y búsqueda de errores en cada una de las etiquetas, buscando la etiqueta que funciona en una pestaña en concreto dentro del GTM y viendo y corrigiendo los parámetros que la definen.
No sólo para los analistas de web, esta herramienta es útil para todos ya que puedes saber cuándo no se están registrando los datos de forma correcta sin esperar.
Todo muy sencillo, ¿verdad?